Tras leer minuciosamente el capítulo perteneciente al libro
“El escarabajo de Wittgenstein”, he seleccionado varia ideas fundamentales que,
quizá, sean útiles a la hora de entender el siguiente experimento mental.
Z
de Zenón y su tortuga
Cabe decir que Zenón fue un filósofo griego nacido en Elea y
lo conocemos por ser discípulo de Parménides de Elea, uno de los presocráticos
más conocidos. A su vez, es uno de los primeros experimentadores mentales de
los que se tiene constancia. Su principal objetivo es demostrar la certeza de
la tesis de su maestro a través de sus experimentos.
Para demostrar la inexistencia del movimiento Zenón plantea
dos experimentos mentales: la paradoja de la flecha y la paradoja de la
carrera. En este caso, analizaremos
detenidamente la segunda paradoja.
La
paradoja de la carrera
Zenón imagina una carrera entre una tortuga, animal lento por
naturaleza, y Aquiles, héroe considerado el más veloz de todos los hombres. En
dicha carrera, Aquiles le permite una cierta ventaja a la tortuga y a
continuación Aquiles sale tras ella. Para poder alcanzar a la tortuga, dicho
personaje mitológico debe recorrer la misma distancia que la tortuga ya ha
concluido anteriormente. Cuando Aquiles llega a la posición donde la tortuga
estaba antes, el pequeño animal ya ha avanzado un poco más en su camino, de
modo que, para volver a alcanzar a la tortuga Aquiles deberá de nuevo recorrer
el tramo recorrido por la tortuga anteriormente.
Como podemos observar, este
suceso se definiría como un bucle infinito en el que la tortuga avanza al mismo
tiempo que Aquiles intenta adelantarla. La distancia entre Aquiles y la tortuga
será cada vez más pequeña, pero nunca adelantará a ésta puesto que siempre
habrá un número infinito que los separe.
Una vez planteado dicho experimento, se difundió rápidamente,
llegando a aterrizar en las mentes de varios filósofos, algunos tan conocidos
como Aristóteles, el cual prefirió rechazar la estrategia de dividir las cosas
en unidades más pequeñas. Por otra parte, tienen lugar aquellos que intentaron
resolver el problema a través de las matemáticas, considerando esta una ciencia
cierta y segura. Para ello se basan en la siguiente propiedad:
Suma de una serie infinita cuyos números van disminuyendo su
tamaño= número finito.
Por lo tanto, lo más probable será que Aquiles acabe
adelantando a la tortuga. De todos modos, vemos como la paradoja de Zenón es
correcta, sin embargo la realidad está en su contra.
Intención de Zenón
Pues bien, llegado a este punto, seguramente os haréis la
siguiente pregunta: ¿A dónde quiere llegar Zenón planteando este experimento
mental?
Con esta paradoja, nuestro autor pretendía demostrar que
nuestros conceptos de infinito y divisibilidad nos conducen a conclusiones que
rozan lo absurdo. Además nos permite darnos cuenta de cuán endeble e
insostenible es nuestro sentido común, unido a las nociones de tiempo, espacio
e infinito. Una verdad que siempre ha estado ahí.
Del mismo modo que el filósofo romano Lucrecio, Zenón se
plantea qué hay más allá del universo. Una cuestión, como podemos observar, muy
relacionada con la paradoja anterior, pues habitamos en un universo infinito,
según nos han transmitido los físicos de la actualidad.
Vivimos en una especie
de burbuja de Hubble, un universo definido por el recorrido de la luz desde su
existencia hasta nuestros días que se seguirá extendiendo. Al mismo tiempo,
mundos paralelos rodean al nuestro, en los cuales, según el catedrático de
física Max Tegmark, existen copias exactas de nosotros mismos. La idea es
ciertamente descabellada y carece de sentido común, pero Max prefiere concebir
la realidad de una forma simple donde todo lo que existe, lo hace todo el
tiempo. Por ello, descarta la opción de crear teorías complicadas.
Para concluir, existen varios elementos que son invisibles al
ojo humano, de modo que si quisiéramos probar la existencia de las teorías
mencionadas anteriormente, no podríamos hacerlo a través de un experimento
sensible, resultaría más fácil mediante un experimento mental, pero al fin y al
cabo son teorías, que por su naturaleza no pueden ser verificadas.
Me resulta muy difícil reflexionar sobre este experimento
mental puesto que, como bien dice Zenón,
tenemos conceptos absurdos de infinito o divisibilidad. Sin embargo, al
realizar el mismo, me pregunté varias veces por qué Aquiles nunca alcanza a la
tortuga si éste se trata del hombre más veloz de todos. Si mi cerebro no me
decepciona, y la paradoja me ha transmitido lo correcto, pienso que esto no es
un ejemplo real, porque la tortuga en la realidad nunca le ganaría a un atleta,
por lo que es un juego de ingenio, en un mundo con reglas específicas.
Desde mi
punto de vista, la paradoja tiene bastante sentido si descartamos la existencia
de las facultades físicas de los diferentes participantes de la carrera, por
eso mismo menciono que se trata de un juego de ingenio no aplicable a la
realidad. Aunque hoy en día nos pueda parecer absurdo, Zenón tenía sus razones
para pensar que su conclusión no era equivocada , pues en su forma de pensar la
razón era una herramienta más potente y mucho más fiable que los sentidos, que
nos pueden engañar fácilmente. De esta forma, utilizando la lógica llegaríamos
a la anterior conclusión por mucho que nuestros ojos
(sentidos) vieran a
Aquiles adelantar a la tortuga.
A continuación os muestro un video bastante gracioso que encontré explorando por youtube el cual refleja la nombrada paradoja de Zenón a través de la animación de muñecos.
Laura Galindo Blanco
ResponderEliminarYa había oído hablar de esta paradoja, y siempre me ha gustado, ya que me muestra cómo pueden variar los resultados de cualquier experimento dependiendo del punto de vista con el que lo mires. Eso claramente se muestra en esta paradoja, ya que a simple vista se podría decir que va a adelantar a la tortuga puesto que Aquiles corre más rápido, pero sin embargo, explicado desde la paradoja quedas totalmente convencido de que es imposible ya que siempre va a estar detrás... Es raro y confuso, pero eso lo hace tan interesante. Además esta entrada me ha gustado mucho por la forma en la que está estructurada, las imágenes y sobretodo el vídeo del final que es muy gracioso. En conclusión, me ha gustado mucho leerla y contemplar el experimento hecho en la realidad del vídeo. Sin duda una paradoja la mar de curiosa.